Ubicado al sur de Buenos Aires, sus primeros habitantes, mayormente, inmigrantes italianos, se asentaron en el lugar atraídos por la actividad del primitivo puerto de la ciudad. Construyeron sus casas de madera y zinc y las pintaron con el sobrante de las pinturas de los barcos. Esto le dio el aspecto colorido y particular que conserva hasta el día de hoy, en que se caracteriza por ser el hogar de pintores y bohemios de toda clase.
Su fisonomía esta marcada por calles irregulares y altas veredas que resguardan las viviendas contra eventuales inundaciones. El alma del barrio es Caminito: un estrecho pasaje de aproximadamente 100 mts. de largo, que toma su nombre del famoso tango de Juan de Dios Filiberto. Las típicas casas de la callecita son, en su mayoría, estudios de artistas plásticos. La calle misma es un museo al aire libre, con estatuas, pinturas murales, bailarines de tango, fotógrafos y actores callejeros que trabajan «a la gorra» (colaboración voluntaria) y se pueden adquirir todo tipo de artesanías. La temática predominante es el barrio mismo y el tango (Puede visitarse todos los días de 9 a 19 hs. La entrada es libre).
Destacamos el Museo Quinquela Martin, está construido en los altos de una colorida escuela pública.Se exhiben más de 700 obras del pintor Benito Quinquela Martin,quien supo reflejar la belleza tipica de la Boca.Tambien se puede apreciar cuadros y escultuiras de otros artistas argentinos y extranjeros.
El tango también tuvo su espacio en los cafetines de la Boca. Entre los más conocidos podemos mencionar el «Café del Sur», el «Café de Nani» y el «Café Azul». Y no olvidemos que es en el tango en donde el barrio de la Boca vio nacer a uno de sus exponentes: Don Juan de Dios Filiberto.